lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Y tu, estudias con o sin música?

En pleno siglo XXI entrar en una biblioteca y ver a gente estudiando con música es algo cada vez más habitual. Los grandes avances en tecnología hacen que cada día sea más habitual esta práctica y sobre todo más fácil llevarla a cabo.

Cada persona es un mundo y por eso cada una tiene sus hábitos y métodos de estudio. Entre los más típicos se encuentra el de estudiar mientras se escucha música. Se ha demostrado en muchos estudios como el escuchar música estimula el cerebro y a la vez mejora los problemas del habla y promueve el razonamiento.

El Dr. Sperry se dedicó a estudiar las funciones de los dos hemisferios del cerebro frente a estímulos musicales. Descubrieron de este modo que la emisión de ondas alfa aumentaba de forma considerable la concentración y la velocidad de aprendizaje, con menor tensión y reteniendo mayor información. La música que emite este tipo de ondas es la que sus compases duran aproximadamente un segundo.

A pesar de estar hablando de la música en general, no todos los tipos son válidos para conseguir una mayor concentración y mayor rendimiento. Se recomienda siempre que la música sea sin letra, para así evitar posibles errores en la escritura o a la hora de realizar cálculos y además para evitar distracciones.

La música pop o con mucho ritmo tampoco es la más aconsejada, ya que la progresión de los acordes y la melodía generan una necesidad de resolución que es lo que se conoce como el "gancho", lo que incita a escuchar de nuevo una canción. Este tipo de música altera los centros nerviosos y favorece la desconcentración. Sin embargo, la música con un ritmo lento provoca un descenso de los ritmos cardiacos y respiratorios, beneficiosos para el cuerpo y para la actividad cerebral.






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